Sonic the Hedgehog

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¡Epa! ¿Una reseña a casi ocho meses de su estreno? Y, sí, un pelín atrasada pero aún así la escribo por si alguno no la vio en su momento, y además, con esto del encierro pandémico todas las recomendaciones (lecturas, películas, TV) son bienvenidas.

Y además, recién me acordé de verla ahora.

¿Por qué? Porque, como a muchos, el diseño del personaje (Sonic) me descorazonó, y me olvidé de la película. Total, es una película basada en un videojuego, y todas las películas que se basan en un videojuego suelen ser horribles. Cuando no flaquean por el lado del argumento, las actuaciones son detestables, o los efectos son paupérrimos.

En el caso de Sonic the Hedgehog (2020), el problema era el diseño del personaje, que causó el horror, la indignación y el desprecio de los fans en una escala sin precedentes. Pero supongo que ustedes ya leyeron acerca de eso, o lo vieron en YouTube, y ya saben que se terminó postergando el estreno por tres meses y se cambió el diseño, y todos contentos. El problema es que con sólo un muñeco bonito no se hace una buena película.

¿Y qué tal, entonces? Es una película sencilla, pero bien hecha. Sonic no es un lomito al champignon: es un sánguche de milanesa con tomate, queso, huevo y lechuga. Pero es el mejor sánguche de milanesa, hecho con ingredientes frescos y de buena calidad. Vamos por partes.

La historia es simple, lineal: te lleva del punto A al punto B, con apenas un flashback muy breve (y necesario) al principio de la pelicula. Hay un tema central: la familia, los amigos, como en las películas de Vin Diesel. (La conexión no la hago yo, la hace el mismísimo Sonic en uno de los tantos diálogos de la película.) Hay un conflicto: Sonic debe mantener un perfil bajo para sobrevivir y hasta ahora se las ha ido apañando, pero la soledad se le hace insoportable y necesita tener amigos, pertenecer a un familia, a un grupo. Así es que tenemos una peli apta para todo público, pero con abundancia de referencias culturales –en especial las relacionadas con la velocidad, desde el cómic de Flash hasta la película Speed (1994)– como para que los que tienen más de 30 (o 40, o 50) no se aburran en ningún momento. (Para aquellos que no quieran perderse nada y manejen un poco de inglés, recomiendo la versión original, no doblada.) Sí, es una historia previsible, como tantas otras, por ejemplo, las de James Bond. Uno va a ver una película de 007 sabiendo que, pase lo que pase, Bond no va a morir ni a perder un ojo o un brazo, y que eventualmente el villano fracasará. ¿verdad? Lo mismo pasa con esta película, más aún cuando intenta iniciar una franquicia.

Y acá está la razón de la simplicidad de la película: se toma su tiempo para presentarnos a Sonic y hacer que nos importe lo que le vaya a pasar. No es una película lenta, ojo, pero emplea bien su tiempo. Cada palabra, cada imagen tiene su razón de ser, ya sea para adelantar el desarrollo de la trama o hacernos conocer a los personajes. No nos llena la pantalla con el muñequito azul y el rosado y el verde y los parientes, allegados y favorecedores de Sonic. Nos entrega un puñado de personajes y nos da tiempo para que los conozcamos. No es una candidata al Oscar ni mucho menos, pero es mucho mejor que la mayoría de (si no todas) las películas nacidas de un videojuego, y que muchas de las otras, las que no tienen muñequitos.

Seguro, si nos ponemos a buscarle el pelo al huevo le vamos a encontrar algún que otro agujero de guión, pero cosas peores les hemos perdonado a muchas películas "serias".

¿Y qué tal los actores? Jim Carrey hace de Jim Carrey haciendo de Robotnik, pero justamente por eso está más que bien. El personaje necesitaba a alguien como Jim Carrey para canalizar toda su energía, y qué mejor que el mismísimo Carrey. James Marsden no sólo hace que Tom Wachowski nos caiga bien desde el vamos sino que en todo momento logra que creamos que con quien está hablando es la mascotita de Sega y no un montón de CGI, y el resto complementa muy bien, pero la película se centra en Sonic (con la voz de Ben Schwarz y una excelente animación), Wachowski (Marsden) y Robotnik (Carrey). Sí, sí, pasan cosas, y muchas, pero ésta es una película de "origen": el origen de Sonic, el origen de Robotnik. (Y se va preparando el terreno para Sonic 2 (2022): véanse las dos secuencias de créditos).

En resumen, ¿la vemos o no? Más allá de la cuarentena, Sonic the Hedgehog cumple sobradamente con las expectativas (que, a decir verdad, no son muy altas con esta clase de pelis). Si aún no la viste, hacete un favor y dedicale 99 minutos de tu tiempo.

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Esta reseña ha sido previamente publicada. Se permite su reproducción en tanto se reconozca al autor. © 2020 Hugo C.

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