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Mostrando entradas de mayo, 2021

Fetiches populares en el manga y el hentai

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Hola gente, ¿cómo están? Hace unas horas me han aplicado la primera dosis de la vacuna rusa contra el COVID-19, así que con un poco de suerte ya se me habrán pasado los efectos secundarios. (Miren con cuidado la esquina superior derecha de la página, si hay una bandita negra quiere decir que éste es un artículo póstumo.) Hoy voy a llevarlos de paseo por la tierra del sol naciente, con una brevísima enumeración de algunos de los fetiches que podemos encontrar en el manga y –muy especialmente– en el hentai, que es una variedad de manga más erótica. Seguramente muchos de los otakus que frecuentan el blog sabrán mucho más del tema que yo –pillines–, pero lo que pretendo compartir hoy es algo muy básico, un servicio a la comunidad, divulgación, como los viejos episodios de El mundo de Jacques Cousteau o el tipo ése que recorre el mundo atiborrándose con platos incomibles para la National Geographic. Al igual que en otros géneros del manga, el hentai nos ofrece un abanico de temáticas y es

Nobody

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Hay todo un subgénero en el cine de acción que se podría llamar "os habéis metido con el hombre equivocado". Por lo general se trata de un narcotraficante, un jefe de policía corrupto o o un jefazo de la mafia rusa o japonesa, con una horda aparentemente interminable de secuaces y armamento, que decide tomárselas con ese don nadie humilde y callado y borrarlo de la faz del planeta, o matar a su novia y a su mejor amigo, o peor aún, entrar en su casa a altas horas de la noche y beberle la leche al gato. De lo que nadie se suele percatar es que el don nadie suele tener un sospechoso parecido con Rutger Hauer, Chuck Norris, Jackie Chan, Vin Diesel o Keanu Reeves. A ninguno de los villanos les entra en la cabeza que pueda haber resistencia alguna, y cuando los secuaces comienzan a regresar dentro de esas bolsas plásticas tan convenientes que solemos ver en las series policiales, ya es demasiado tarde y el jefazo decide ir a por todas y enviar a sus últimos hombres a cargarse a es

The Producers

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Habiéndome desayunado con la novedad de que la vida es demasiado corta, he decidido que de vez en cuando, en lugar de reseñar películas regurgitadas y/o mediocres, iré compartiendo algunas de ésas que me han hecho amar el séptimo arte. Películas buenas y sólidas. Recomendables, en una palabra. The Producers (1968) es mi película favorita de las de Mel Brooks. Le sigue, de lejos, Blazing Saddles (1974), la del sheriff negro en un pequeño pueblito racista. ¿Y por qué de lejos? Más allá de que es una buena película, su premisa da sólo para la mitad, o tal vez dos tercios, de su metraje, y de ahí en más Brooks tiene que recurrir a cosas como la rotura de la cuarta pared, poner a los personajes en un contexto contemporáneo, etcétera. Es como si se le hubiesen acabado las ideas y rellenara el faltante con situaciones humorísticas de eficacia garantizada, pero de menor calidad. Con esto no quiero decir que Blazing Saddles sea una mala película, sólo que no es tan buena como The Producers . T

Alpha: l'échange

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A pesar del título, que alude solamente al primer álbum, hoy vamos con una reseña que implica a los primeros tres de la serie Alpha , creada por Renard y Jigounov para Le Lombard. Se trata de L'échange (1997), Clan Bogdanov (1999) y Le salaire des loups (2000), que conforman el primer arco de la serie. Alpha cuenta las aventuras de un espía norteamericano y estas tres historias componen su primer arco. Eventualmente el guión revelará su nombre real, pero para mantener la sincronía con la serie y evitar spoilers innecesarios, por ahora lo llamaremos Alpha, que es su nombre en clave. Es una historia de espías con intriga, acción y en general todo lo que uno espera de este tipo de cómics. Pensemos en, por ejemplo, XIII o Largo Winch, para tener una idea del tipo de contenido al que hago referencia: hay historia, hay violencia, pero no se trata de una invitación al soponcio ni de una concatenación de secuencias de acción sin mucho sentido. Eso sí, hay mucho texto que leer. No tan