My Faith in Frankie

- ¿Te enteraste? Marquitos se cayó de un andamio. Un octavo piso. Pero había un toldo, menos mal. ¡No se rompió ni un hueso!
- ¡Uf! Este Marquitos tiene un dios aparte…

Seguramente todos hemos dicho u oído alguna vez esta expresión figurada, referida a quien tiene mucha suerte o ha sobrevivido a alguna situación de peligro. En el caso de Frankie Moxon, la protagonista de My Faith in Frankie (2004), no se trata sino de la verdad. Desde su nacimiento Frankie tiene un dios aparte, para ella sola, que se ocupa de protegerla, darle suerte buenas notas y básicamente haciéndole la vida más fácil. Este dios se llama Jeriven y, a diferencia de los dioses de otros panteones, sólo tiene una adoradora, la ya mencionada Frankie. Y es un dios celoso, así que aparentemente la pobre chica está condenada al celibato ya que, por una razón u otra, no hay novio que le dure.

My Faith in Frankie es una deliciosa miniserie de cuatro números, una comedia romántica con un poco de misterio –y sí, hay un conflicto, hay un villano, hay complicaciones. Hay una conspiración. La historia va siendo contada desde distintas perspectivas: la de Jeriven, la de Frankie, la de su amiga Kay. Hay flashbacks, en forma de un cómic dentro del cómic llamado Frankie y sus amigos, que nos permiten ver cómo ha ido siendo la vida de la niña durante estos años, y es una vida relativamente normal, pero llena de pequeños triunfos. No hay quien pueda ganarle jugando a las canicas. Su boca no tiene caries, no importa cuántos dulces coma. Etcétera.

Por su parte, Jeriven es un dios principiante, un pequeño emprendedor que recién comienza y que no necesariamente sepa cómo enfrentarse, ya no digamos a sus enemigos –que los tiene y son varios y muy poderosos–, sino al secularismo del siglo XXI. Aún así, quedan advertidos, se trata de una comedia romántica. Bien escrita, bien dibujada: acá hay talento, amigos. No sólo el guión se sale del sendero más trillado, sino que los dibujos de Sonny Liew no son los mismos dibujos adocenados que ilustran 99 de cada 100 cómics de hoy en día.

Una comedia romántica, protagonizada por una adolescente en un mundo como el nuestro pero con una cosmogonía muy particular y una historia que revisita algunos lugares comunes de la mitología y/o de la fe más tradicional. ¿Hay superhéroes? No. ¿Hay zombis? No, tampoco.

A menos que contemos al amiguito de Frankie que resucita a mitad de su entierro.

Y la corto acá, porque no quiero contar más. Si buscás una lectura entretenida y que te deje buen sabor de boca, jugale unas fichas a este cómic que, si bien tiene un héroe y un villano, no es sino una historia de amor.

Reseña publicada anteriormente. Permitida su reproducción mencionando al autor. © 2020 Hugo C.