No Time to Die
Esta reseña contiene algún que otro SPOILER. Posiblemente a muy pocos les importe, pero les aviso igual.
Con No Time to Die se cierra el ciclo de películas de Daniel Craig. Las cuatro que la preceden son: Casino Royale (2006), Quantum of Solace (2008), Skyfall (2012) y SPECTRE (2015).
Si ordenásemos esas cuatro según su calidad, probablemente la lista quedaría así:
1. Casino Royale
2. Skyfall
3. SPECTRE
4. Quantum of Solace
Para otros, tal vez así:
1. Casino Royale
2. Skyfall
3. Quantum of Solace
4. SPECTRE
La pregunta del millón: si agregamos No Time to Die a la lista, ¿en qué posición quedaría? Eso es lo que trataré de elucidar en un momento.
Un rápido comentario: se trata de una película muy, pero MUY larga (2 horas y 43 min.), pero que al menos tiene muchos tiros y saltos y explosiones y persecuciones y sobre todo, "homenajes" a las demás películas de la saga que cumplirá 60 años dentro de unos meses. Además del DB5, tenemos el Aston Martin de The Living Daylights (1987), el tema con el que cierra On Her Majesty's Secret Service (1969), el salto bungee de GoldenEye (1995) y mucho más. Es el disquito de los Greatest Hits de James Bond, para pistola y silenciador.
Las secuencias de acción están bien, las actuaciones son correctas –aunque uno esperaba más de Rami Malek, pero es lo que hay –y la película no es ni por lejos tan confusa como su antecesora. El problema, para mí, es el clima de amargura que corre desde el primer minuto hasta el final. En comparación, Licence to Kill (1989) es un sketch de los Monty Python.
En cuanto a la historia, o mejor dicho, al guión, está lleno de sorpresas y vueltas de tuerca. La mayor parte de ellas parecen haber sido incluidas para mantener despierto al espectador, como si fuera una película de terror de 162 minutos.
Bond está cansado, golpeado por la vida y por la aparente traición de Madeleine Swann, a quien abandona luego de un feroz atentado contra su vida. Todo bien, pero volar la tumbita de Vesper me pareció un poco mucho.
Pasan cinco años y Félix Leiter se contacta para pedirle ayuda en una misión. Bond ya no es 007, pero igual se prende.
Etcétera.
Vamos a los spoilers más interesantes. Habitualmente, uno sabe ya desde el momento en que se acomoda en la butaca del cine o comienza a reproducir el DVD, que al terminar la película James Bond triunfará, no quedará lisiado ni perderá un ojo ni se quedará pelado. Desde Dr. No (1962) hasta aquí, Bond tiene una inmunidad sine qua non, ya que si lo matan, se termina la serie y deja de ingresar dinero a las arcas de EON.
Pero esa inmunidad no necesariamente alcanza al resto de los personajes. No hay peor posición que ser amigo o conocido de James Bond en una de sus películas. Casi seguro terminaremos envenenados, acuchillados o con una mariposa de metal clavada en el pescuezo. Por lo general, algunos personajes recurrentes quedan exceptuados de esa regla. En las películas de antaño, era impensable que alguien se cargara a M, Q o Moneypenny.
Pero las pelis de Daniel Craig suelen cargarse a los recurrentes, sin que se les mueva un pelo. El ejemplo más obvio es M (Judy Dench) en Skyfall, pero también René Mathis (Gianfranco Giannini) en Quantum. Ahora hay que sumar a la lista de caídos a Blofeld (Christoph Waltz) y a Felix Leiter (Jeffrey Wright).
Lo de Blofeld se veía venir: al fin y al cabo, en You Only Live Twice (la novela), Bond lo agarra del pescuezo –como Homero a Bart– y aprieta hasta que los ojos se le salen de las órbitas, y en For Your Eyes Only (1981) lo arroja a la chimenea de una fábrica desde un helicóptero.
Pero, ¿qué les hizo el pobre Leiter? En la era Craig el tipo conservó más o menos su integridad física. En Live and Let Die (la novela) y en Licence to Kill (1989) perdía un brazo y una pierna, pero con el Bond en curso lo único que había perdido hasta aquí había sido algo de pelo.
Hasta aquí, quien lee la reseña pensará algo así como: "Es obvio que los productores decidieron hacer limpieza para que el nuevo 007 –que a estas alturas bien podría ser Guillermo Francella– pueda comenzar desde cero. De nuevo. La única duda es si la próxima película será un soft reboot o si estaremos condenados a volver a presenciar el momento en que el agente 777 pasa a ser 007, como suele suceder con las películas de Batman o de Spider-Man, que suelen recordarnos periódicamente la muerte de los Wayne o del tío Ben."
Pero… en esta película también se cargan a James Bond.
R. I. P., ráscate-in-pace.
Si bien es una muerte heroica –¡faltaba más!–, y vemos las caritas de consternación de Q y de M, pero eso no quita que se trate simplemente de quitar de en medio al Macho Alfa por antonomasia. Cary Fukunaga, quien no sólo dirige esta película sino que además es uno de los que contribuyó al guión, recientemente ha dicho que James Bond es un violador, así que, ¿nos extraña demasiado? En un viejo curso de la BBC, una de las frases que se usaba para describir a un casanova en ciernes era: He thinks he's James Bond. O sea, se cree que es James Bond. Bueno, hay que acabar con esos arquetipos peligrosos. ¡Basta de masculinidad tóxica, amigues!
Aún así, como suele decirse: ¿Alguien vio el cadáver?
Esta entrega "homenajea" a tantas películas de la serie, que tal vez también lo haga con You Only Live Twice (la novela), que tiene un final similar pero cuya continuación, The Man with the Golden Gun, nos cuenta que Bond sobrevivió y fue rescatado por unos pescadores, aunque eso sí, sin el más mínimo recuerdo de quién era.
Pensándolo bien, sería demasiado parecido a The Bourne Identity (2002). Pero, ¿qué le hace una raya más al tigre? No descartemos esa opción.
Porque a Lashana Lynch, como la 007 interina, le falta tomar mucha, pero mucha sopa para poder llegarle a los talones siquiera al peor de los Bonds. No basta con levantar la naricita y tratar a los demás como si cada interlocutor le debiera rendir pleitesía. Nomi es un mix de la heroína afroamericana a lo Pam Grier con la Lois Chiles de Moonraker (1979), pero esto no es la blaxploitation de los años 70. Uno espera que en cualquier momento se le escape un "motherfuck—", pero no, menos mal. Ojo, ese tipo de personajes tiene su lugar, y si algún día hacen la secuela de Undercover Brother (2002), no estaría de más que Lynch se presentase al casting para alguno de los roles secundarios. En fin.
Habiendo dicho eso, también digo: era inevitable que, si Bond renunció y no vuelve a pisar la sede del MI6 en más de cinco años, el gobierno eventualmente cubriera ese puesto vacante con otro agente, o en este caso, una agente llamada Nomi. Y, sí, no es descabellado pensar que existan agentes secretos que además sean mujeres. (Y personal de limpieza y de seguridad, y secretarias, y personal jerárquico. Si vamos al caso, Bond estuvo a las órdenes de una mujer durante años.)
Volviendo a la pregunta del principio, mi lista quedaría así:
1. Casino Royale
2. Skyfall
3. No Time to Die
4. Quantum of Solace
5. SPECTRE
No Time to Die es una película interesante –y objetivamente tal vez incluso mejor que Skyfall–, pero baja una posición ya que a) con 162 minutos resulta demasiado extensa, b) carece casi absolutamente de humor y c) tal vez tenga demasiadas vueltas de tuerca para su propio bien, incluyendo el remanido recurso de la hijita que es, no es, y al final es. Si uno se queda hasta que terminan los créditos, verá el cartelito que dice: JAMES BOND WILL RETURN. Esperemos que vuelva con mejores ideas.
FICHA TECNICA
Título original: No Time to Die
Año: 2021
Dirección: Cary Joji Fukunaga
Con: Daniel Craig, Léa Seydoux, Rami Malek, Lashana Lynch, Christoph Waltz, Ralph Fiennes, Ben Whishaw, Naomie Harris
Distribuidor: Universal
País de origen: Reino Unido
Idioma: Inglés
Clasificación: PG-13
Duración: 163 min.
Ésta es una reseña original para el blog de Betina. Se autoriza su reproducción total o parcial en tanto se mencione a su autor. © 2021 Hugo C.
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