La espada salvaje de Betina

Ésta es una de esas reseñas breves acerca de una determinada edición, como la que hice hace un tiempo sobre la del Eternauta en inglés que sacó Fantagraphics. En este caso, se trata de la reedición de 2018 de la serie de Gaston Lagaffe, el personaje creado por André Franquin en la década del 60 como ente periférico del Journal d'Spirou . Se trata de una edición cronológica en 22 tomos. Anteriormente eran 18, pero como ahora se agregaron páginas inéditas y se las fue intercalando en su orden cronológico, terminamos con cuatro tomos más. Y no sólo eso, sino que aquellos que ya estén familiarizados con las viejas ediciones notarán diferencias en el contenido de cada uno de los tomos, ya que si bien cada álbum conserva su título original, la inclusión de nuevas historias dentro del formato europeo de 48 páginas ocasiona algunos desplazamientos. El arte de tapa es el mismo, pero con el diseño remozado y homogeneizado. Tengo que decir que me gusta más que el de las ediciones originales.

Los lectores de cómic son un subgrupo de la especie homo lector que tiene sus peculiaridades y obsesiones y constantemente genera entretenidísimas discusiones bizantinas sobre qué es mejor, si el manga o el cómic estadounidense, si los álbumes al estilo francobelga o las historias por entregas, si Marvel o DC, independiente o línea de montaje, grapas o integrales. Sé de algunas personas que prefieren tener un tomo recopilatorio (también llamado TPB, por trade paperback ) y no tener las revistitas, que no sólo suelen ser más frágiles sino que dependen de un par de grapas para mantener la cohesión de sus páginas. Eventualmente las grapas se oxidan, o las hojas se rompen, o peor aún, uno comienza a tratar la revista con cuidado infinitesimal para evitar que se aje, y la lectura pasa a ser un trabajo antes que un placer. Además, si bien ahora las publicidades suelen relegarse al final de la revistita, aquellas más viejas suelen tener publicidades intrusivas y que poco tienen que ver con l

El artista Frederik Peeters supo llevar un blog entre 2008 y 2009 en el que fue realizando retratos de celebridades, tanto vivas como muertas. Más allá de la habilidad de Peeters, lo raro e interesante es que las dibujaba como zombis. El blog continúa abierto a pesar de que ya han pasado casi 12 años desde el último posteo. Así que, si alguien quiere ver, entre otros, a Maradona, Brad Pitt, Rocco Siffredi, Eva Perón, Jimmy Page, Roger Moore, Gandhi, Madonna, Audrey Hepburn, Moebius o Alan Moore como zombis en distintos grados de descomposición, sólo tiene que hacer clic aquí . Este artículo es original del blog de Betina. Se permite su reproducción mencionando al autor. © 2021 Hugo C .

Zidrou es uno de mis autores favoritos. No sólo de BD sino de cómic, en general. Es un guionista versátil y no hay género que no resuelva con solvencia. Además, suele aliarse con buenos dibujantes, así que cualquier álbum de su autoría es, para mí, instantáneamente recomendable. Ése es nuevamente el caso con Merci (2014), que cuenta con los dibujos de Arno Monin, que también se hace cargo del color. (Ésa es otra de las ventajas de leer los álbumes de Zidrou: uno va conociendo artistas estupendos de los que no tenía el más mínimo conocimiento.) Esta vez la emprendí con la edición francesa de Bamboo. Mi francés sigue siendo mediocre pero hace poco había leído la traducción española de Norma y además, en caso de necesidad, el YACReader tiene una utilísima herramienta de traducción que me ha sacado de más de un apuro. Aún así, a veces me pregunto: ¿En serio, Hugo, en francés ? ¿Por qué tomarte tantas molestias? Bueno, en primer lugar, por el arte de Monin. Mi copia de la versión castellan

Tomar a cuatro creadores y darles cuatro números de 48 páginas en blanco y negro para que compartan una antología parece, así en abstracto, una buena idea, pero, si bien mi abuela diría que todos somos iguales a los ojos de Dios, también es cierto que está escrito que a unos se les da un talento, a otros dos y a otros diez. Dicho de otra manera, tal vez seamos iguales a nivel humano, pero no necesariamente seremos todos igualmente talentosos. Y ése es el problema de Instant Piano , en una cáscara de nuez: la disparidad de los talentos convocados. La formación consta, en riguroso orden alfabético, de Mark Badger, Kyle Baker, Robbie Busch, Stephen Destefano y Evan Dorkin. No hace falta que cambien de asiento, muchachos. Los evalúo en ese mismo orden. El material de Mark Badger es digital: tiras y dibujos que cuentan cosas de su vida cotidiana, hablan de su lucha contra la esclerosis múltiple, se quejan del seguro médico o cuentan alguna que otra historia breve en tono de comedia. Gráfica

Las series de TV británicas son diferentes a sus homólogas estadounidenses. Una temporada americana consta de unos 22-24 episodios –13 episodios si se trata de un reemplazo a mitad de año–, mientras que lo normal para los británicos es una temporada de media docena de episodios por año. Hay excepciones, como por ejemplo, Doctor Who, que tiene temporadas de 13 o incluso 14 episodios anuales, pero lo normal suelen ser 6 episodios al año. En ese sentido, Life on Mars (2006-07) vendría a ser una anomalía, con sus dos temporadas de ocho episodios cada una. Lo importante es que recordemos que no se trata de una miniserie sino de una serie en toda regla. El protagonista es Sam Tyler, un DCI (detective inspector jefe) de la policía de Manchester que está tras la pista de un peligroso asesino serial. Cuando el sospechoso más reciente prueba su coartada, Sam decide buscar nuevas pistas pero su novia, Maya, que es una de los detectives bajo su mando, va tras el sospechoso y termina en las garras